jueves, 10 de julio de 2008

Oficio Propio Carmelita – 15 de Oct.

Santa Teresa de Jesús Virgen y doctora de la Iglesia Madre nuestra

Solemnidad


Nace en Avila el 28 de marzo de 1515, Entra en la Encarnación el 2 de noviembre de 1535. Funda en Avila el primer monasterio de Carmelitas descalzas con el titulo de San José el 24 de agosto de 1562. Inaugura el primer convento de frailes contemplativos en Duruelo el 28 de noviembre de 1568. Llegara a fundar 32 casas. Hija de la Iglesia, muere en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582. Gracias a sus obras –entre las que destacan el Libro de la Vida, El Camino de perfección, Las Moradas y las Fundaciones- ha ejercido en el pueblo de Dios un luminoso y fecundo magisterio, que Pablo VI iba a reconocer solemnemente, declarándola doctora de la Iglesia universal el 27 de septiembre de 1970.

Teresa, nuestra madre, maestra de oración en el pueblo de Dios y fundadora del Carmelo Teresiano, se nos presenta en la Liturgia de este día con toda su belleza espiritual. A través de los textos del Oficio, el recuerdo de la Santa se transforma en alabanza a Dios que la enriqueció tan sin medida, y en plegaria ferviente pidiendo por la santidad de la Iglesia. Palabra de Dios y palabras de Teresa, entrelazadas, forman el texto de la Liturgia de las horas. En comunión espiritual con su madre, el Carmelo ofrece hoy el sacrificio de alabanza como
eco de la voz glorificadota de quien vive ya en las Moradas de la casa del Padre.

I Vísperas


Himno

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amargado
no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.

Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Salmodia

Ant. 1. La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.

Salmo 112

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para miraral cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. 1. La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.

Ant. 2 Los pueblos contaran su sabiduría, y la Iglesia anunciara su alabanza.

Salmo 145

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor,
su Dios,que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad

Ant. 2 Los pueblos contaran su sabiduría, y la Iglesia anunciara su alabanza.

Ant. 3 Dios le concedió una sabiduría e inteligencia extraordinarias, y una mente tan abierta como las playas junto al mar.

Cántico Ef 1,3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en su
querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido
la redención, el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudenciaha
sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan que había proyectado realizar
por Cristo cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y dela tierra.

Ant. 3 Dios le concedió una sabiduría e inteligencia extraordinarias, y una mente tan abierta como las playas junto al mar.

Lectura Breve 1Co. 2,6-9

Sin embargo, hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de los príncipes de este mundo, abocados a la ruina; sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo - pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria -. Más bien, como dice la Escritura, anunciamos: “ lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman.”

Responsorio Breve

R. En la Iglesia *Le da la palabra. En la Iglesia

V. Le da. Gloria al Padre. En la Iglesia

Ant. Santa madre Teresa, luz de la iglesia santa, enséñanos el camino de perfección para que lleguemos con Cristo a las moradas eternas.

Magnificat


Preces

Al celebrar la santidad y sabiduría de Teresa de Jesús, nuestra madre, invoquemos a Dios, por medio de Cristo que ha querido ser nuestro hermano y amigo, Y digámosle:

Señor, venga a nosotros tu reino

Tu que enseñaste a Teresa a encontrar en Cristo la fuente de la vida verdadera,
-haz que, escuchando al que es la palabra, lleguemos a beber el agua de la vida eterna.

Tu que diste a Teresa en Cristo libro vivo y camino de santidad,
-ayudanos a descubrir a Cristo en la oración, para que unidos a El, recorramos el camino de perfección hasta la meta.

Tu que con Cristo y el Espíritu Santo pones tu morada en cuantos te aman y cumplen tu palabra,
-haznos cada día mas sensibles a la caridad que se a derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo.

Tu que has hecho de Cristo cabeza y fundamento de la Iglesia,
-haz que, enraizados en la fe y el amor, vivamos y muramos, como nuestra santa madre, al servicio de la Iglesia.

Tu que has glorificado a Cristo, sentándolo a tu derecha como nuestro Mediador,
-concede a nuestros hermanos difuntos que reinen con el eternamente.

Padre nuestro...........

Oración

Señor Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo, has suscitado a santa Teresa de Jesús, nuestra Madre, para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección; Concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor.

Invitatorio

Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la Sabiduría.

Oficio de lectura

Himno

Oh hermosura que excedéis
a todas las hermosuras!
Sin herir dolor hacéis,
y sin dolor deshacéis,
el amor de las criaturas.

Oh ñudo que así juntáis
dos cosas tan desiguales,
no sé por qué os desatáis,
pues atado fuerza dais
a tener por bien los males.
Juntáis quien no tiene sercon
el Ser que no se acaba;
sin acabar acabáis,
sin tener que amar amáis,
engrandecéis nuestra nada.

Salmodia

Ant.1 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entrare a ver el rostro de Dios?

Salmo 41

Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene Sed de Dios,del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan
noche y día.
mientras todo el día me repiten:
"¿Dónde está tu Dios?"

Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios que volverás a alabarlo:
"Salud de mi rostro, Dios mío".

Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.

Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.

De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.

Diré a Dios: "Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando,
sombrío,hostigado por mi enemigo?"

Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
"¿Dónde está tu Dios?"

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios que volverás a alabarlo:
"Salud de mi rostro, Dios mío".

Ant.1 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entrare a ver el rostro de Dios?

Ant. 2 Grande eres, Señor; incalculable, tu grandeza: ¿quién contara tu inmensa bondad Y tus maravillas?

Salmo 144

I

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.

Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.

Ant. 2 Grande eres, Señor; incalculable, tu Grandeza: ¿quién contara tu inmensa bondad Y tus maravillas?

Ant. 3 Cerca esta el Señor de los que lo invocan Sinceramente: su reino no tiene fin.

II

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;

explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.

Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.

Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.

Ant. 3 Cerca esta el Señor de los que lo invocan Sinceramente: su reino no tiene fin.

V. Tu, Señor, estas cerca.
R. Y todos tus mandatos son estables

Primera Lectura

De la Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3,8-21

Sublime conocimiento de Cristo

Juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada en la fe, y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos.
No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús.
Así pues, todos los perfectos tengamos estos sentimientos, y si en algo sentís de otra manera, también eso os lo declarará Dios. Por lo demás, desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante. Hermanos, sed imitadores míos, y fijaos en los que viven según el modelo que tenéis en nosotros. Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo, cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra.
Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas.

Responsorio Col 3, 3b-4; Cf. Rm 8, 38b-39b

R. Vuestra vida esta con Cristo escondida en Dios. *Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con el, en la gloria.

V. Ni muerte, ni vida, ni criatura alguna podrá Apartarnos del amor de Cristo *Cuando aparezca.

Segunda Lectura

Del Libro de la Vida de santa Teresa de Jesús, Virgen y doctora de la Iglesia. (22 6-7.12.14;B.A.C. 212 (1962) 89.91)

Cristo, nuestro amigo y dechado

Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir: es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero. Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta Humanidad sacratísima, en quien dijo Su Majestad se deleita.

Muy muy muchas veces lo he visto por experiencia. Hámelo dicho el Señor. He visto claro que por esta puerta hemos de entrar, si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos.

Así que vuestra merced, señor, no quiera otro camino, aunque esté en la cumbre de contemplación; por aquí va seguro.

Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. El le enseñará. Mirando su vida, es el mejor dechado.

¿Qué más queremos de un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los. trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe sí.

Miremos al glorioso San Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús, como quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino. San Francisco da muestra de ello en las llagas; San Antonio de Padua, el Niño; San Bernardo se deleitaba en la Humanidad; Santa Catalina de Sena... otros muchos que vuestra merced sabrá mejor que yo.

Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios. Si Su Majestad nos quisiere subir a ser de los de su cámara y secreto, ir de buena gana.

Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene; que amor saca amor.

Procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar; porque si una vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón este amor, sernos ha todo fácil y obraremos muy en breve y muy sin trabajo

Responsorio Flp. 1, 21;2Co 12,9b

R. Para mi la vida es Cristo,*Y una ganancia el morir.
V. Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque Así residirá en mi la fuerza de Cristo.*Y una ganancia.

O bien:

Del Camino de perfección de santa Teresa de Jesús, Virgen y doctora de la Iglesia
(Cod. V,40,1-3;41,7-9;B.A.C. 212 (1962), 310-311.316)

Los que de veras aman a Dios todo lo bueno aman

Pues, buen Maestro nuestro, dadnos algún remedio cómo vivir sin mucho sobresalto en guerra tan peligrosa. El que podemos tener, hijas, y nos dio Su Majestad es «amor y temor»; que el amor nos hará apresurar los pasos; el temor nos hará ir mirando adónde ponemos los pies para no caer por amino adonde hay tanto en que tropezar como caminamos todos los que vivimos. Y con esto a buen seguro que no seamos engañadas.

Diréisme que en qué veréis que tenéis estas dos virtudes tan grandes. Y tenéis razón, porque cosa muy cierta y determinada no la puede haber; porque siéndolo de que tenemos amor, lo estaremos de que estamos en gracia. Mas mirad, hermanas: hay unas señales que parece los ciegos las ven; no están secretas; aunque no queráis entenderlas, ellas dan voces que hacen mucho ruido, porque no son muchos los que con perfección las tienen, y así se señalan más. ¡Como quien no dice nada: amor y temor de Dios! Son dos castillos fuertes, desde donde se da guerra al mundo y a los demonios.

Quien de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden. No aman sino verdades y cosa que sea digna de amar. ¿Pensáis que es posible quien muy de veras ama a Dios amar vanidades? Ni puede, ni riquezas, ni cosas del mundo, de deleites, ni honras; ni tiene contiendas ni envidias. Todo porque no pretende otra cosa sino contentar al Amado. Andan muriendo porque los ame, y así ponen la vida en entender cómo le agradarán más. ¿Esconderse? -¡Oh, que el amor de Dios, si de veras es amor, es imposible! Si no, mirad un San Pablo, una Magdalena: en tres días el uno comenzó a entenderse que estaba enfermo de amor; éste fue San Pablo. La Magdalena desde el primer día, ¡y cuán bien entendido! Que esto tiene, que hay más o menos; y así se da a entender como la fuerza que tiene el amor: si es poco, dase a entender poco; y si es mucho, mucho; mas poco o mucho, como haya amor de Dios, siempre se entiende.

Así que, hermanas, todo lo que pudiereis sin ofensa de Dios procurad ser afables y entender de manera con todas las personas que os trataren, que amen vuestra conversación y deseen vuestra manera de vivir y tratar y no se atemoricen y amedrenten de la virtud. A religiosas importa mucho esto: mientras más santas, más conversables con sus hermanas, y que aunque sintáis mucha pena si no van sus pláticas todas como vos las querríais hablar, nunca os extrañéis de ellas, si queréis aprovechar y ser amada. Que es lo que mucho hemos de procurar: ser afables y agradar y contentar a las personas que tratamos, en especial a nuestras hermanas.

Así que, hijas mías, procurad entender de Dios en verdad que no mira a tantas menudencias como vosotras pensáis, y no dejéis que se os encoja el ánima y el ánimo, que se podrán perder muchos bienes. La intención recta, la voluntad determinada, como tengo dicho, de no ofender a Dios. No dejéis arrinconar vuestra alma, que en lugar de procurar santidad sacará muchas imperfecciones que el demonio le pondrá por otras vías y, como he dicho, no aprovechará a sí y a las otras tanto como pudiera.

Veis aquí cómo con estas dos cosas -amor y temor de Dios-podemos ir por este camino sosegados y quietos

Responsorio sal 110 10ª; 1Jn 4,16b; Flp 4.8ª9ª

R. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor.* Dios es amor, y quien permanece en el amor Permanece en Dios, y Dios en el.

V. Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable; lo que aprendisteis, recibisteis, oisteis y visteis en mi, ponedlo por obra. * Dios es amor.

O bien:

De las Moradas de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia. (1M1;1-3.5.7.; B.A.C.,212 (1962), 346-347)

El alma, morada de Dios

Estando hoy suplicando a nuestro Señor hablase por mí, porque yo no atinaba a cosa que decir ni cómo comenzar a cumplir esta obediencia, se me ofreció lo que ahora diré, para comenzar con algún fundamento: que es considerar nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas. Que si bien lo consideramos, hermanas, no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso adonde dice El tiene sus deleites.

Pues ¿qué tal os parece que será el aposento adonde un Rey tan poderoso, tan sabio, tan limpio, tan lleno de todos los bienes se deleita? No hallo yo cosa con que comparar la gran hermosura de un alma y la gran capacidad; y verdaderamente apenas deben llegar nuestros entendimientos, por agudos que fuesen, a comprenderla, así como no pueden llegar a considerar a Dios, pues El mismo dice que nos crió a su imagen y semejanza. Pues si esto es, como lo es, no hay para qué nos cansar en querer comprender la hermosura de este castillo; porque puesto que hay la diferencia de él a Dios que del Criador a la criatura, pues es criatura, basta decir Su Majestad que es hecha a su imagen para que apenas podamos entender la gran dignidad y hermosura del ánima.

No es pequeña lástima y confusión que, por nuestra culpa, no entendamos a nosotros mismos ni sepamos quién somos. ¿No sería gran ignorancia, hijas mías, que preguntasen a uno quién es, y no se conociese ni supiese quién fue su padre ni su madre ni de qué tierra?

Pues si esto sería gran bestialidad, sin comparación es mayor la que hay en nosotras cuando no procuramos saber qué cosa somos, sino que nos detenemos en estos cuerpos, y así a bulto, porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe, sabemos que tenemos almas. Mas qué bienes puede haber en esta alma o quién está dentro en esta alma o el gran valor de ella, pocas veces lo consideramos; y así se tiene en tan poco procurar con todo cuidado conservar su hermosura: todo se nos va en la grosería del engaste o cerca de este castillo, que son estos cuerpos.

Pues consideremos que este castillo tiene -como he dicho-muchas moradas, unas en lo alto, otras embajo, otras a los lados; y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma.

Pues tornando a nuestro hermoso y deleitoso castillo, hemos de ver cómo podremos entrar en él. Parece que digo algún disparate; porque si este castillo es el ánima claro está que no hay para qué entrar, pues se es él mismo; como parecería desatino decir a uno que entrase en una pieza estando ya dentro. –

Mas habéis de entender que va mucho de estar a estar; que hay muchas almas que se están en la ronda del castillo que es adonde están los que le guardan, y que no se les da nada de entrar dentro ni saben qué hay en aquel tan precioso lugar ni quién está dentro ni aun qué piezas tiene. Ya habréis oído en algunos libros de oración aconsejar al alma que entre dentro de sí; pues esto mismo es.

Porque, a cuanto yo puedo entender, la puerta para entrar en este castillo es la oración

Responsorio Cf. Ap 21, 10b-11;Jn 14,23b

R. El Señor me enseño la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo envuelta en la gloria de Dios y resplandeciente como piedra preciosa. * Esta es la morada De Dios con los hombres.

V. El que me ama guardara mi palabra; y mi Padre lo amara, y vendremos a el, y haremos morada en el. *Esta es la morada.

O bien:

Del libro de las Fundaciones de santa Teresa de Jesús, Virgen y doctora de la Iglesia.
(C18,4-5;27,21; B.A.C., 212 (1962), 545,578)

Teresa de Jesús, andariega de Dios.

No pongo en estas fundaciones los grandes trabajos de los caminos, con fríos, con soles, con nieves, que venía vez no cesarnos en todo el día de nevar, otras perder el camino, otras con hartos males y calenturas, porque, gloria a Dios, de ordinario es tener yo poca salud, sino que veía claro que nuestro Señor me daba esfuerzo. Porque me acaecía algunas veces que se trataba de fundación, hallarme con tantos males y dolores, que yo me congojaba mucho, porque me parecía que aun para estar en la celda sin acostarme no estaba; y tornarme a nuestro Señor, quejándome a Su Majestad y diciéndole que cómo quería hiciese lo que no podía, y después, aunque con trabajo, Su Majestad daba fuerzas, y con el hervor que me ponía y el cuidado, parece que me olvidaba de mí.

A lo que ahora me acuerdo nunca dejé fundación por miedo del trabajo, aunque de los caminos, en especial largos, sentía gran contradicción; mas en comenzándolos a andar me parecía poco, viendo en servicio de quién se hacía y considerando que en aquella casa se había de alabar el Señor y haber Santísimo Sacramento. Esto es particular consuelo para mí, ver una iglesia más, cuando me acuerdo de las muchas que quitan los luteranos: no sé qué trabajos, por grandes que fuesen, se habían de temer a trueco de tan gran bien para la cristiandad; que aunque muchos no lo advertimos, estar Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, como está en el Santísimo Sacramento en muchas partes, gran consuelo nos había de ser.

También algunas veces me daban contento las grandes contradicciones y dichos que en este andar a fundar ha habido, con buena intención unos, otros por otros fines. Mas tan gran alegría como de esto sentí no me acuerdo, por trabajo que me venga, haberla sentido. Que yo confieso que en otro tiempo cualquiera cosa de las tres que me vinieron juntas, fuera harto trabajo para mí. Creo fue mi gozo principal parecerme que, pues las criaturas me pagaban así, que tenía contento al Criador. Porque tengo entendido que el que le tomare por cosas de la tierra o dichos de alabanzas de los hombres, está muy engañado; dejado de la poca ganancia que en esto hay, una cosa les parece hoy, otra mañana; de lo que una vez dicen bien, presto tornan a decir mal. Bendito seáis Vos, Dios y Señor mío, que sois inmutable por siempre jamás, amén. Quien os sirviere hasta el fin, vivirá sin fin, en vuestra eternidad.

Responsorio 2Co 12,9b-10

R. muy a gusto presumo de mis debilidades, porque asi residirá en mi la fuerza de Cristo. *Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

V. Por eso vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. *Porque cuando soy débil.

Oficio de Vigilia

Ant. Ardo en celo por la honra de mi Esposo Jesucristo que me dio esta consigna: “De aquí en
Adelante miraras mi honra, como verdadera esposa mia”

Cantico I Is.2, 2-3

Al final de los días estará firme
El monte de la casa del Señor,
En la cima de los montes,
Encumbrado sobre las montañas.

Hacia el confluirán los gentiles
Caminaran pueblos numerosos.
Dirán:”Venid subamos al monte del Señor,
A la casa del Dios de Jacob”.

El nos instruirá en sus caminos,
Y marcharemos por sus sendas;
Porque de Sion saldrá la ley,
De Jerusalén la palabra del Señor.

Cántico II Is 61, 10-62,3

Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como novio que se pone le corona,
o novia que se adorna con sus joyas.

Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.

Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia,
y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.

Cántico III Is 62, 4-7

Ya no te llamarán «Abandonada»,
ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.

Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.

Sobre tus murallas, Jerusalén,
he colocado centinelas:
nunca callan, ni de día ni de noche;
los que se lo recordáis al Señor
no os déis descanso;

No le déis descanso
hasta que la establezca,
hasta que haga de Jerusalén
la admiración de la tierra.

Ant. Ardo en celo por la honra de mi Esposo Jesucristo que me dio esta consigna: “De aquí en adelante miraras mi honra, como verdadera esposa mia”

EVANGELIO JN. 14, 1-11a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino."Le dice Tomás: "Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?"Le dice Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto."Le dice Felipe: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta."Le dice Jesús: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí

O bien:

JN. 4, 5-15a

Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José.Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: "Dame de beber."Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana:"¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?" (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)Jesús le respondió: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva."Le dice la mujer: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?"Jesús le respondió: "Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna."Le dice la mujer: "Señor, dame de esa agua.

O bien: Jn 7,14-18.37-39, como en la misa de la solemnidad

Himno Te Deum


V. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
R. Sé su pastor y ensálzalo eternamente.

V. Día tras día te bendecimos
R. y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades.

V. Dígnate, Señor, en este día guárdanos del pecado.
R. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.

V. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
R. En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.

Oración como en Laudes

Laudes

Himno

Vuestra soy, para Vos nací,
¿qué mandáis hacer de mí?

Veis aquí mi corazón,
yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,
mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,
pues por vuestra me ofrecí:
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida:
dad salud o enfermedad,
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz crecida,
flaqueza o fuerza cumplida,
que a todo digo que sí:
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
dad consuelo o desconsuelo,
dadme alegría o tristeza,
dadme infierno o dadme cielo,
vida dulce, sol sin velo,
pues del todo me rendí:
¿qué mandáis hacer de mí?

Si queréis, dadme oración,
si no, dadme sequedad,
si abundancia y devoción,
y si no esterilidad.

Soberana Majestad,
sólo hallo paz aquí:
¿qué mandáis hacer de mi?

Si queréis que esté holgando,
quiero por amor holgar.
Si me mandáis trabajar,
morir quiero trabajando.

Decid, ¿dónde, cómo y cuándo?
Decid, dulce Amor, decid:
¿qué mandáis hacer de mí? Amen

Salmodia

Ant. 1 Mi alma esta sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti.

SALMO 62, 2-9

El alma sedienta de Dios
Oh Dios, tú eres mi Dios,
por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca,
agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. 1 Mi alma esta sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti.

Ant. 2 Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus fieles.

CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES(Dn 3,57-88.56)

Toda la creación alabe al Señor

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. 2 Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus fieles.

Ant. 3 He cantado, Señor, tus misericordias en la Asamblea de los fieles.

SALMO 149

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. 3 He cantado, Señor, tus misericordias en la Asamblea de los fieles.

LECTURA BREVE 2 Co 4 5-7

No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús. Pues el mismo Dios que dijo:”De las tinieblas brille la luz,” ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.

Responsorio breve

R. Oigo en mi corazón;* Buscad mi rostro
V. Tu rostro buscare, Señor. * Buscad mi rostro. Gloria al Padre. Oigo

Ant. Bened. Al que me ama lo amara mi Padre y lo Amare yo, y me mostrare a el.

Benedictus


Ant. Bened. Al que me ama lo amara mi Padre y lo amare yo, y me mostrare a el.

Preces

Aclamemos con jubilo a Cristo, Señor de la gloria y Corona de todos los santos que nos concedes hoy Celebrar la solemnidad de santa Teresa, nuestra Madre, y digámosle:

Te alabamos Señor

Señor, fuente de vida y de santidad, que has Mostrado en tus santos las maravillas de tu amor,
-queremos cantar hoy tus misericordias con Nuestra madre Teresa de Jesús.

Oración

Señor Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo, has suscitado a santa Teresa de Jesús, nuestra Madre, para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección; Concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor.

Hora intermedia

Tercia

Himno

I

Tu poder multiplica
la eficacia del hombre,
y crece cada día, entre sus manos,
la obra de tus manos.

Nos señalaste un trozo de la viña
y nos dijiste: "Venid y trabajad".
Nos mostraste una mesa vacía
y nos dijiste: "Llenadla de pan".

Nos presentaste un campo de batalla
y nos dijiste: "Construid la paz".
Nos sacaste al desierto con el alba
y nos dijiste: "Levantad la ciudad".

Pusiste una herramienta en nuestras manos
y nos dijiste: "Es tiempo de crear".
Escucha a mediodía el rumor del trabajo
con que el hombre se afana en tu heredad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Por los siglos. Amén.

II

El mundo brilla de alegría.
Se renueva la faz de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.

Esta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuegoinnumerable
purifica,renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.

Esta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas
y levanta testigos en el pueblo,
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.

Llama profunda,
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza,
hasta que el Señor vuelva.

Ant. Cuando tu vayas a orar entra en tu cuarto, Cierra la puerta y ora a tu Padre que esta en lo Escondido.

(Ant.1 Llame al Señor, y el me respondio)

Salmo 119

En mi aflicción llamé al Señor,
y El me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.

¿Qué te va a dar o mandarte Dios,
lengua traidora?Flechas de arquero,
afiladas con ascuas de retama.

¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: "Paz",ellos dicen: "Guerra".

Ant. Cuando tu vayas a orar entra en tu cuarto, Cierra la puerta y ora a tu Padre que esta en lo Escondido.

(Ant.1 Llame al Señor, y el me respondió)

Ant. Cuando tu vayas a orar entra en tu cuarto, Cierra la puerta y ora a tu Padre que esta en lo Escondido.

(Ant.2 El Señor guarde tus entradas y salidas)

Salmo 120

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.

El Señor te aguarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.

Ant. Cuando tu vayas a orar entra en tu cuarto, Cierra la puerta y ora a tu Padre que esta en lo Escondido.

(Ant.2 El Señor guarde tus entradas y salidas)

Ant. Cuando tu vayas a orar entra en tu cuarto, Cierra la puerta y ora a tu Padre que esta en lo Escondido.
(Ant.3 Me he alegrado por lo que me dijeron)

Salmo 121

¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"
!Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios".

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "La paz contigo".
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Ant. Cuando tu vayas a orar entra en tu cuarto, Cierra la puerta y ora a tu Padre que esta en lo Escondido.

(Ant.3 Me he alegrado por lo que me dijeron)

Lectura Breve Ap. 3,20

Mira que estoy a la puerta llamando. Si alguien Oye y me abre, entrare y comeremos juntos.

V. Cantare la alabanza del Dios de mi vida.
R. Diré a Dios: Tu eres mi roca.

Sexta

Himno

Te está cantando el martillo,
y rueda en tu honor la rueda.
Puede que la luz no pueda
librar del humo su brillo.
¡Qué sudoroso y sencillo
te pones a mediodía,
Dios de esta dura porfía
de estar sin pausa creando,
y verte necesitando
del hombre más cada día!

Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
Ya no es su sitio el desierto
ni la montaña se esconde;
decid, si preguntan dónde,
que Dios está -sin mortaja-en donde
un hombre trabaja
y un corazón le responde. Amén.

Ant. Estad siempre alegres en el Señor; os lo Repito, estad alegres. El Señor esta cerca.

(Ant.1 Tu que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.)

Salmo 122

A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojosen el Señor,
Dios nuestro,esperando su misericordia.

Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.

Ant. Estad siempre alegres en el Señor; os lo Repito, estad alegres. El Señor esta cerca

(Ant.1 Tu que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.)

Ant. Estad siempre alegres en el Señor; os lo Repito, estad alegres. El Señor esta cerca

(Ant.2 Nuestro auxilio es el nombre del Señor)

Salmo 123

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.

Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.

Bendito el Señor,que no nos entregó
en presa a sus dientes;
hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió, y escapamos.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Ant. Estad siempre alegres en el Señor; os lo Repito, estad alegres. El Señor esta cerca

(Ant.2 Nuestro auxilio es el nombre del Señor)

Ant. Estad siempre alegres en el Señor; os lo Repito, estad alegres. El Señor esta cerca

(Ant 3 El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre)

Salmo 124

Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.

Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.

No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan su mano a la maldad.

Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!

Ant. Estad siempre alegres en el Señor; os lo Repito, estad alegres. El Señor esta cerca

(Ant.3 El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre)

Lectura Breve 1Ts5, 16-18

Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. En toda ocasión tened la Acción de Gracias: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto a vosotros.

V. Me enseñaras el sendero de la vida.
R. Me saciaras de gozo en tu presencia.

Nona

Himno
I

Fuerza tenaz,
firmeza de las cosas,
inmóvil en ti mismo;
origen de la luz,
eje del mundo
y norma de su giro:

concédenos tu luz en una tarde
sin muerte ni castigo,
la luz que se prolonga tras la muerte
y dura por los siglos. Amén.

II
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor,que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.

Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.

Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén

Ant. Realizando la verdad en el amor, hagamos Crecer todas las cosas hacia Cristo.
(Ant.1 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres)

Salmo 125

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
"El Señor ha estado grande con ellos".
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes de Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

Ant. Realizando la verdad en el amor, hagamos Crecer todas las cosas hacia Cristo.
(Ant.1 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres)

Ant. Realizando la verdad en el amor, hagamos Crecer todas las cosas hacia Cristo.
(Ant.2 El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad)

Salmo 126

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
No quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Ant. Realizando la verdad en el amor, hagamos
(Ant.2 El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad)

Ant. Realizando la verdad en el amor, hagamos Crecer todas las cosas hacia Cristo.
(Ant.3 Dichoso el que teme al Señor)

Salmo 127

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.

Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.¡Paz a Israel!

Ant. Realizando la verdad en el amor, hagamosCrecer todas las cosas hacia Cristo.
(Ant. 3 Dichoso el que teme al Señor)

Lectura Breve

Me alegre muchísimo cuando llegaron unos Hermanos y nos hablaron de tu sinceridad, de cómo Procedes en la verdad. No puedo tener mayor alegría que enterarme de que mis hijos proceden con sinceridad.

V. Servid al Señor en la verdad.
R. El que realiza la verdad se acerca a la luz.

II Visperas

Himno

Soberano, esposo mió,
ya voy, dejadme llegar;
no me deis, Señor, desvio,
para que entre en vuestro mar
este pequeñuelo río.

Si vos los brazos me dais,
yo os doy el alma en despojos,
y pues ya me la sacáis,
volved, mi Cristo, los ojos
a quien el alma lleváis.

Pues el corazón os di,
denme esas llagas consuelo;
entre el alma por ahí,
pues son las puertas del cielo,
que se abrieron para mí.

De esta postrera despedida
yo no temo el dolor fuerte,
si con vos, mi Cristo, asida
a la hora de la muerte
tengo en mis manos la vida.

Si en las manos tengo a vos
con regalos soberanos,
ya estamos juntos los dos,
pues que Dios esta en mis manos,
y yo en las manos de Dios. Amen.

Salmodia

Ant.1 El Señor me enseño la ciudad santa, envuelta en la gloria de Dios y resplandeciente como Piedra preciosa.

Salmo 121

¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"
!Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios".

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "La paz contigo".
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Ant.1 El Señor me enseño la ciudad santa, envuelta en la gloria de Dios y resplandecientecomo Piedra preciosa.

Ant.2 Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos

Salmo 126

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
No quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Ant.2 Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos

Ant.3 Completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia.

Cantico Col. 1, 12-20

Gracias al Padre que os ha hecho aptos para participar en la herencia de los santos en la luz. El nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados. El es Imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia. El es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia:El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos.

Ant.3 Completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia.

Lectura breve

Judas 20-21.24-25

Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo, manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. Al que es capaz de guardaros inmunes de caída y de presentaros sin tacha ante su gloria con alegría, al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén.

Responsorio Breve

R. Vosotros sois *Templo de Dios vivo. Vosotros sois.
V. Y el Espíritu de Dios habita en vosotros. * Templo de Dios vivo. Gloria al Padre. Vosotros sois.

Ant. Magnif. No perdais la calma. En la casa de Mi Padre hay muchas moradas, y me voy a prepararos sitio.


O bien:

Santa madre Teresa, mira desde el cielo a esta tu familia Y cuida de ella con amor; corona la obra que un día emprendiste en la tierra.
Preces

Glorifiquemos a Cristo que amo a su Iglesia y se entrego por ella para consagrarla. Pidámosle que su Esposa sea siempre santa e inmaculada, y digámosle confiadamente:

Señor, protege a tu Iglesia.

Tu que eres la cabeza de la Iglesia,
-haz que tus fieles, unidos a ti por la fe y el amor, se sientan miembros de tu cuerpo.

Tu que has establecido la Iglesia sobre el ministerio de Pedro y los apóstoles,
-por intersección de Santa Teresa, nuestra madre, bendice al Papa N. y a todos los obispos de la Iglesia universal.

Tu que has elegido con inmenso amor a los sacerdotes, para que sean luz de tu Iglesia y alimenten a tu pueblo con los sacramentos,
-haz que tus ministros sagrados brillen, conforme a los deseos de Teresa, por su santidad y sabiduría.

Tu que has suscitado en la Iglesia la familia del Carmelo Teresiano para perpetuar el carisma de su Fundadora.
-Concede a todos los carmelitas la gracia de ser Herederos del espíritu de oración y del celo Apostólico de su madre.

Tu que anhelas que todos cuantos creen en ti lleguen A la unidad perfecta,
-infunde en los cristianos el espíritu ecuménico, Para que sean uno, como tú lo pediste al Padre.

Tu que has muerto por nuestros pecados y has Resucitado para nuestra justificación,
-otorga a nuestros hermanos difuntos que esperan
La revelación de tu gloria, el gozo de la Pascua Eterna en la comunión de los santos.

Padre nuestro……….

Oracion

Señor Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo, has suscitado a santa Teresa de Jesús, nuestra Madre, para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección; Concédenos alimentarnos
siempre con su celestial doctrina, para que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor.

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