miércoles, 9 de julio de 2008

Oficio Propio Carmelita – 26 de Ago.

TRANSVERBERACIÓN DEL CORAZÓN DE SANTA TERESA DE JESÚS.
Madre de nuestra Orden.


Memoria - para las carmelitas descalzas.
Memoria Libre - para el resto de la Orden e institutos a ella agregados.

“Entre las virtudes de Teresa, brilló con luz propia la caridad divina. Este amor se fue avivando en ella gracias a las innumerables visiones y revelaciones con que Cristo la favoreció. Una vez el Señor la tomó por esposa. En otra ocasión Teresa vio un ángel que con un dardo encendido le transverberaba el corazón. De resultas de estas mercedes celestiales, sintió la Santa tan abrasadamente el amor divino en las entrañas, que, inspirada por Dios, emitió el voto, difícil en extremo, de hacer siempre lo que ella creyese más perfecto y para mayor gloria de Dios”
(Gregorio XV, Bula de canonización).

INVITATORIO

Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.

OFICIO DE LECTURA

HIMNO

¡Oh hermosura que excedéis
a todas las hermosuras!
Sin herir dolor hacéis,
y sin dolor deshacéis,
el amor de las criaturas.

Oh ñudo que así juntáis
dos cosas tan desiguales,
no sé por qué os desatáis,
pues atado fuerza dais
a tener por bien los males.

Juntáis quien no tiene ser
con el Ser que no se acaba;
sin acabar acabáis,
sin tener que amar amáis,
engrandecéis nuestra nada.

SEGUNDA LECTURA

De la Llama de amor viva de san Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia.
(Red.A,canc.2,2-4.9.12.8;B:A:C:,15(1960),1007-100.1011.1012.1010)

Me heriste el corazón

En el libro del Deuteronomio dice Moisés que nuestro Señor Dios es fuego consumidor, es a saber, fuego de amor; el cual. como sea de infinita fuerza, inestimablemente puede consumir, y con grande fuerza abrasando transformar en si lo que tocare. Pero a cada uno abrasa como le halla dispuesto: a unos mas a otros menos; y también cuando el quiere y como y cuando quiere. Y, como el sea infinito fuego de amor, cuando el quiere tocar al alma algo apretadamente, es el ardor del alma en tan sumo grado, que le parece al alma que esta ardiendo sobre todos los ardores del mundo. Y, como quiera que este fuego divino tenga transformada en si la sustancia del alma, no solamente siente cauterio, mas toda ella esta hecha un cauterio de vehemente fuego.
Y es cosa admirable y digna de contar que, con ser el fuego de Dios tan vehemente y consumidor, que a mayor felicidad consumiría mil mundos que el fuego una raspa de lino, no consuma y acabe los espíritus en que arde; sino que a la medida de su fuerza y ardor los deleite y endiose, ardiendo en ellos suavemente por la pureza de sus espíritus. Porque en estas comunicaciones, como su fin es engrandecer al alma, no la aprieta, sino ensánchala; no la fatiga, deléitala y clarifícala y enriquécela.
Y así, la dichosa alma que por grande ventura a este cauterio llega todo lo sabe, todo lo gusta, todo lo que quiere hace y se prospera, y ninguno prevalece delante de ella, ni le toca. Porque esta es de quien dice el Apóstol: El espiritual todo lo juzga, y el de ninguno es juzgado. (Y en otro lugar): El espíritu todo lo rastrea, hasta los profundos de Dios.
Acaecerá que el alma sienta embestir en ella un serafín con un dardo herbolado de amor encendidísimo, traspasando esta ascua encendida del alma, o por mejor decir, aquella llama, y cauterizarla subidamente; y entonces siente el alma en la sustancia del espíritu como en el corazón del alma traspasado.
Pocas almas llegan a esto; mas algunas han llegado, mayormente las de aquellos cuya virtud y espíritu se había de difundir en la sucesión de sus hijos, dando Dios la riqueza y valor a la cabeza según había de ser la sucesión de la casa en las primicias del espíritu.
¡Oh dichosa llaga, hecha por quien no sabe sino sanar! ¡Oh venturosa y mucho dichosa llaga, pues no fuiste hecha sino para regalo y deleite del alma! Grande es la llaga, porque grande es el que la hizo; y grande es su regalo, pues el fuego de amor es infinito, y se mide según su capacidad. ¡Oh, pues, regalada llaga!, y tanto mas subidamente regalada, cuanto mas en el centro intimo de la sustancia toco el cauterio de amor, abrasando todo lo que se pudo abrasar, para regalar todo lo que se pudo regalar.

RESPONSORIO Dt. 6, 4b-5;4,24

R. El Señor nuestro Dios es solamente uno.*Amaras al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.

V. El Señor tu Dios es un fuego devorador. Amaras al Señor.

LAUDES

Himno

Yo toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mi,
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó rendida
en los brazos del amor,
mi alma quedó caída.

Y cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.

Tiróme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su criador.

Yo ya no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí,
y yo soy para mi Amado. Amen

LECTURA BREVE 2Co. 4,5-7

Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y nosotros no somos más que servidores de ustedes por amor de Jesús.
Porque el mismo Dios que dijo: "Brille la luz en medio de las tinieblas", es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Cristo. Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios.

RESPONSORIO BREVE

R. Oigo en mi corazón:*Buscad mi rostro. Oigo.

V. Tu rostro buscare, Señor.*Buscad mi rostro.
Gloria al Padre. Oigo.

Ant. Benedictus: Había en mi corazón como un fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo intentaba ahogarlo, no podía.

Benedictus


Ant. Benedictus: Había en mi corazón como un fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo intentaba ahogarlo, no podía.

PRECES

Aclamemos con jubilo a Cristo, Señor de la gloria y corona de todos los santos,
que nos concede hoy celebrar la memoria de santa Teresa, nuestra madre, y digámosle:

Te alabamos Señor.

Señor, fuente de vida y de santidad, que has mostrado en tus santos las maravillas de tu amor,
-queremos cantar hoy tus misericordias con nuestra madre Teresa de Jesús.

Tu que anhelas abrasar el mundo entero con el fuego de tu caridad,
- haz que seamos, ante los hombres, servidores y testigos de tu amor, a imitación de Sta Teresa.

Tu que, como amigo fiel, revelas a tus elegidos, los misterios de tu inmensa caridad,
- únenos a ti con los lazos de tu amistad divina, para que experimentemos tu amor y lo anunciemos a nuestros hermanos.

Tu que te manifiestas a los limpios de corazón,
- purifica nuestros ojos, para que te descubramos en todas las criaturas y en todos los acontecimientos.

Tu que resistes a los soberbios y amas a los humildes,
- Haz que andemos en verdad y vivamos al servicio de la Iglesia.

Padre nuestro……..
ORACION

Señor Dios nuestro, que abrasaste de un modo maravilloso el corazón de nuestra madre Santa Teresa con el fuego de tu Espíritu Santo, para fortalecerla en las empresas que por tu nombre había de realizar en la Iglesia; concédenos, por su intercesión, experimentar la fuerza de tu amor y trabajar con generosidad por la venida de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

VISPERAS

HIMNO

Hiere más, Esposo amado,
hiere más, hiere más,
que así la vida me das.

En tan hermoso herir,
solo tú has podido hallar
un morir que es alentar
y un matar que no es morir.
Expiar para vivir
fraguando en tu herida estas;
sabroso haces el sentir;
hiere más, hiere más,
que así la vida me das.

Con ese dardo encendido
logro tu amor sus hazañas
hasta donde me has herido.
Ya esta el corazón partido,
más siempre uno lo hallaras;
y pues triunfas del vencido,
hiere más, hiere más,
que así la vida me das.

El alma tengo abrasada
con el fuego de la herida;
si de aquel más encendida,
de esta más enamorada;
la llaga es tan regalada,
que espero si otra me harás;
mi Amado, venga otra espada;
hiere más, hiere más,
que así la vida me das.

LECTURA BREVE Judas, 20-21.24-25

Pero ustedes, queridos míos, edifíquense a sí mismos sobre el fundamento de su fe santísima, orando en el Espíritu Santo. Manténganse en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la Vida eterna.
A aquel que puede preservarlos de toda caída y hacerlos comparecer sin mancha y con alegría en la presencia de su gloria, al único Dios que es nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, el honor, la fuerza y el poder, desde antes de todos los tiempos, ahora y para siempre. Amén.

RESPONSORIO BREVE

R. Vosotros sois*Templo de Dios vivo. Vosotros sois.

V. Y el Espíritu de Dios habita en vosotros.*Templo de Dios vivo. Gloria al Padre.
Vosotros sois.

Ant. Magnificat. Se alegra mi corazón en tu Salvador; cantare al Señor por el bien que me ha hecho.

Magnificat

Ant. Magnificat. Se alegra mi corazón en tu Salvador; cantare al Señor por el bien que me ha hecho

PRECES

Glorifiquemos a Cristo que amo a su Iglesia y se entrgo por ella para consagrarla. Pidámosle que su esposa sea siempre santa e inmaculada, y digámosle confiadamente:

Señor, protege a tu Iglesia.

Tu que eres la cabeza de la Iglesia,
- haz que tus fieles, unidos a ti por la fe y el amor, se sientan miembros vivos de tu cuerpo.

Tu que has establecido la Iglesia sobre el ministerio de Pedro y de los Apóstoles,
- bendice, por intercesión de santa Teresa, nuestra madre, al papa N y a todos los obispos de la Iglesia universal.

Tu que has elegido con inmenso amor a los sacerdotes, para que sean luz de tu Iglesia y alimenten a tu pueblo con los sacramentos,
-haz que tus ministros sagrados resplandezcan, conforme a los deseos de Teresa, por su santidad y sabiduría.

Tu, que has suscitado en la Iglesia la familia del Carmelo Teresiano para perpetuar el carisma de su fundadora,
-concede a todos los carmelitas la gracia de ser hederos del espíritu de oración y del celo apostólico de su madre.

Tú que deseas que todos los que creen en ti lleguen a la unidad perfecta- infunde en los cristianos el espíritu ecuménico para que sean uno, como tú lo pediste al Padre.

Tú que has muerto por nuestro pecados y has resucitado para nuestra justificación,
- otorga a nuestros hermanos difuntos, que esperan la revelación de tu gloria, el gozo de la Pascua eterna en la comunión de los santos.

Padre nuestro…………..

ORACION
Señor Dios nuestro, que abrasaste de un modo maravilloso el corazón de nuestra madre Santa Teresa con el fuego de tu Espíritu Santo, para fortalecerla en las empresas que por tu nombre había de realizar en la Iglesia; concédenos, por su intercesión, experimentar la fuerza de tu amor y trabajar con generosidad por la venida de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

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