Solemnidad
Nació en Fontiveros (Avila) en 1542. Instrumento providencial en manos de Teresa de Jesús, le ayudo en su renovación de la Orden desde la primera fundación de frailes contemplativos en Duruelo el 28 de noviembre de 1568. Enfermo en Ubeda, se fue a cantar maitines al cielo la noche del 13 de diciembre de 1591. Es guía indiscutible de los caminos del espíritu. Celebres son sus tratados: Subida del Monte Carmelo, Noche Oscura, Cántico espiritual, y Llama de amor viva. Pio XI le confirió el titulo de doctor de la Iglesia universal el 24 de agosto de 1926.
San Juan de la Cruz es el padre y maestro espiritual del Carmelo Teresiano, doctor de la vida cristiana en su dinamismo teologal, cantor de la hermosura de Dios y de la belleza de la creación. Su recuerdo se transforma hoy en liturgia viva. A través de la alabanza divina, su oración y su poesía, su canto eterno de gloria, se hace viático y plegaria del Carmelo peregrino aquí en la tierra. Su doctrina fue una exégesis viva del Evangelio; por eso la palabra de Dios ilumina su experiencia, y sus enseñanzas tienen alcances insospechados en la meditación de esa palabra. La liturgia de esta solemnidad es palabra de Dios y palabra de Juan de la Cruz en una síntesis de meditación y alabanza.
I Vísperas
HIMNO
I
Un pastorcico solo está penado
ageno de plazer y de contento
y en su pastora puesto el pensamiento
y el pecho del amor muy lastimado.
No llora por averle amor llagado
que no le pena verse así affligido
aunque en el coraçón está herido
mas llora por pensar que está olbidado.
Que sólo de pensar que está olbidado
de su vella pastora con gran pena
se dexa maltratar en tierra agena
el pecho del amor mui lastimado!
II
Maestro iluminado, padre nuestro,
Juan de la Cruz, inagotable ansia,
que, entre las azucenas olvidado,
fuiste lección suprema de las almas.
Tu, que, junto a Teresa, recorriste
los caminos del mundo y sus moradas,
en esta noche oscura de la vida,
Con ansias en amores inflamadas.
Tu, que supiste ser ejemplo y norma,
ardiente caridad, fe y esperanza,
y que pusiste en nuestra lengua toda
la deliciosa miel de tu palabra.
¡Oh toque delicado de tu mano,
Oh busqueda sutil de tu pisada,
Oh ciencia transcendida de tu verbo,
Oh cauterio suave de tu llaga!
Desde la noche oscura de este mundo
a ti volvemos, padre, la mirada.
pídele a Dios que no se apague nunca
la antorcha viva de nuestra esperanza. Amén.
Salmodia
Ant. 1. Abrió su boca en la oración, y el Señor lo lleno de espíritu de inteligencia.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. 1. Abrió su boca en la oración, y el Señor lo lleno de espíritu de inteligencia.
Ant. 2 Le dio el Señor a conocer sus tesoros ocultos y sus riquezas escondidas.
Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad
Ant. 2 Le dio el Señor a conocer sus tesoros ocultos y sus riquezas escondidas.
Ant. 3 Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman.
Cántico Ap 4, 11;5.9.10.12
Eres digno, Señor Dios nuestro, se recibir la gloria,
el honor y el poder, porque tu has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para
Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has
hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza,
la sabiduría, La fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.
Ant. 3 Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que le aman.
Lectura Breve Ef. 3, 14-19
Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios.
Responsorio Breve
R. El Dios que dijo: “Brille la luz del seno de la tiniebla”, * Ha brillado en nuestros corazones, El Dios que dijo.
V. Para que nosotros iluminemos, dando a conocer la gloria de Dios, reflejada en Cristo.
* Ha brillado. Gloria al Padre. El Dios que dijo.
Ant. Magnif. Busque la sabiduría en la oración; la encontré dentro de mi colmadamente; ahora me veo muy aventajado en ella.
Magnificat
Preces
Aclamemos a Cristo, nuestro Redentor, que llamo a San Juan de la Cruz a su seguimiento y lo encumbro a la mas sublime contemplación, Y digámosle:
A ti la gloria y el poder por los siglos.
Cristo Jesús, que diste a conocer a tu siervo Juan la sabiduría de la cruz,
-enciende la llama viva de tu amor en todos los que han recibido en la Iglesia el ministerio de la enseñanza, del gobierno y de la santificación.
Cristo Jesús, luz sin ocaso, que te manifiestas, a los pobres de espíritu en la oscuridad de la fe,
-revela tu rostro a todos los pobres que en medio de las tinieblas te buscan con sincero corazón.
Cristo Jesús, maestro único y verdadero, que descubres las riquezas de tu sabiduría a quienes te buscan y te aman,
-otorga el conocimiento experimental de tu amor a cuantos has llamado a la familia del Carmelo.
Cristo Jesús, que vives triunfante en el cielo, rodeado de todos los santos,
-concede a nuestros hermanos el descanso eterno y el goce de la paz en tu reino.
Padre nuestro...........
Oración
Señor Dios nuestro, que hiciste de san Juan de la Cruz, nuestro padre, un modelo de abnegación evangélica y un perfecto amador de Cristo crucificado; concédenos que, siguiendo su ejemplo y doctrina, lleguemos hasta la contemplación eterna de tu gloria. Por nuestro Señor.
[Sal 94] INVITATORIO
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Palabra única del Padre.
Oficio de lectura
Himno
En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guïaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
II
¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche!.
Aquella eterna fonte está ascondida.
¡Que bien sé yo do tiene su manida
aunque es de noche!
Su origen no lo sé pues no le tiene
mas sé que todo origen della viene
aunque es de noche.
Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beben della
aunque es de noche.
Su claridad nunca es escurecida
y sé que toda luz de ella es venida
aunque es de noche.
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida
aunque es de noche.
Aquí se está llamando a las criaturas
y de esta agua se hartan, aunque a escuras
porque es de noche.
Salmodia
Ant.1 Dios nos predestino a ser imagen de su Hijo.
Salmo 15
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Ant.1 Dios nos predestino a ser imagen de su Hijo.
Ant. 2 Nunca entre vosotros me precie de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado.
Salmo 33
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.
Ant. 2 Nunca entre vosotros me precie de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado.
Ant. 3 Para mi la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
II
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor;
¿Hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?
Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta
con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
El cuida de todos sus huesos,
y ni uno sólo se quebrará.
La maldad da muerte al malvado,
los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a El.
Ant. 3 Para mi la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
V. En ti, Señor, esta la fuente viva.
R. Y tu luz nos hace ver la luz.
Primera Lectura
De la Carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,12-29
Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido
Gracias al Padre que os ha hecho aptos para participar en la herencia de los santos en la luz. El nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados.
El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia. El es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos.
Y a vosotros, que en otro tiempo fuisteis extraños y enemigos, por vuestros pensamientos y malas obras, os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentaros santos, inmaculados e irreprensibles delante de El;
Con tal que permanezcáis sólidamente cimentados en la fe, firmes e inconmovibles en la esperanza del Evangelio que oísteis, que ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo y del que yo, Pablo, he llegado a ser ministro.
Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia, de la cual he llegado a ser ministro, conforme a la misión que Dios me concedió en orden a vosotros para dar cumplimiento a la Palabra de Dios, al Misterio escondido desde siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos.
A quienes Dios quiso dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria.
Al cual nosotros anunciamos, amonestando e instruyendo a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de presentarlos a todos perfectos en Cristo. Por esto precisamente me afano, luchando con la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí.
Responsorio Mt 17, 5b;14b,1-2a
R. Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto; *Escuchadlo.
V. En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. * Escuchadlo.
Segunda Lectura
Del Cántico espiritual de san Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia.
Las criaturas son como un rastro del paso de Dios.
Dios crió todas las cosas con gran facilidad y brevedad, y en ellas dejó algún rastro de quien él era, no sólo dándoles el ser de nada, más aún, dotándolas de innumerables gracias y virtudes, y hermoseándolas con el admirable orden y dependencia indeficiente que tienen unas de otras, y esto todo haciéndolo con su sabiduría, por quien las crió, que es el Verbo, su unigénito Hijo
las criaturas son las obras menores de Dios, que las hizo como de paso; porque las mayores, en que más se mostró y en que él más reparaba, eran las de la encarnación del Verbo y misterios de la fe cristiana
Según dice san Pablo(57), el Hijo de Dios es resplandor de su gloria y figura de su sustancia: Qui cum sit splendor gloriae, et figura substantiae ejus. Es, pues, de saber que con sola esta figura de su Hijo miró Dios todas las cosas, que fue darles el ser natural, comunicándoles muchas gracias y dones naturales, haciéndolas acabadas y perfectas, según se dice en el Génesis(58) por estas palabras: Vidit Deus cuncta, quae fecerat, et erant valde bona; «Miró Dios todas las cosas que había hecho, y eran mucho buenas». El mirarlas mucho buenas era hacerlas mucho buenas en el Verbo, su Hijo
y no sólo les comunicó el ser y gracias naturales, como habemos dicho, mirándolas, mas también con sola esta figura de su Hijo las dejó vestidas de hermosura, comunicándoles el ser sobrenatural; lo cual fue cuando se hizo hombre, ensalzándole en hermosura de Dios, y por consiguiente a todas las criaturas en él, por haberse unido con la naturaleza de todas ellas en el hombre. Por lo cual dijo el mismo Hijo de Dios(59): Et ego si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad me ipsum; esto es: Si yo fuere ensalzado de la tierra, levantaré a mí todas las cosas; y así, en este levantamiento de la encarnación de su Hijo y de la gloria de su resurrección según la carne, no solamente hermoseó el Padre las criaturas en parte, mas podemos decir que del todo las dejó vestidas de hermosura y dignidad.
Responsorio Oracion del alma enamorada
R. No me quitaras, Dios mío, lo que una vez me diste en tu único hijo, Jesucristo, * En que me diste todo lo que quiero.
V. Míos son los cielos y MIA es la tierra; mías son las gentes; los justos son míos, y míos los pecadores; los Ángeles son míos; y la Madre de Dios, y todas las cosas son mías. Y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. * En que me diste.
Responsorio
R. El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. * Por el Espíritu Santo que se nos ha dado.
V. El que se une al Señor es un espíritu con el. * Por el Espíritu Santo.
Oficio de Vigilia
Ant. Venid, subamos al monte del Señor, escogido por Dios para habitar; solo mora en el honra y gloria de Dios
Cántico I Tb 13, 10-15
Sea de todos celebrada y confiésenle todos en Jerusalén. ¡Jerusalén, ciudad santa! Dios te castigó por las obras de tus hijos, mas tendrá otra vez piedad de los hijos de los justos.
Confiesa al Señor cumplidamente y alaba al Rey de los siglos para que de nuevo levante en ti, con regocijo, su Tienda, y llene en ti de gozo a todos los cautivos y muestre en ti su amor a todo miserable por todos los siglos de los siglos.
Brillará luz de lámparas por todos los confines de la tierra. Vendrán a ti de lejos pueblos numerosos, y los habitantes del confín del mundo, al Nombre del Señor, tu Dios, llevando en sus manos los obsequios para el Rey del Cielo.
Todas las generaciones darán en ti señales de alegría, y el Nombre del Elegido durará por siempre.
Entonces exultarás, te alegrarás por los hijos de los justos, pues serán reunidos todos y bendecirán al Señor de los siglos.
¡Dichosos los que te amen! ¡Dichosos los que se alegren en tu paz!
Bendice, alma mía, al Señor y gran Rey, que Jerusalén va a ser reconstruida y en la ciudad su Casa para siempre.
Cántico II Is 2, 2-3
Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas.
Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob,
Para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos."Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.
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Cántico III Jr. 7, 2b-7
Oíd la palabra de Yahveh, todo Judá, los que entráis por estas puertas a postraros ante Yahveh.
Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Mejorad de conducta y de obras, y yo haré que os quedéis en este lugar.
No fiéis en palabras engañosas diciendo: "¡Templo de Yahveh, Templo de Yahveh, Templo de Yahveh es éste!"
Porque si mejoráis realmente vuestra conducta y obras, si realmente hacéis justicia mutua
y no oprimís al forastero, al huérfano y a la viuda (y no vertéis sangre inocente en este lugar), ni andáis en pos de otros dioses para vuestro daño,
entonces yo me quedaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres desde siempre hasta siempre.
Ant. Venid, subamos al monte del Señor, escogido por Dios para habitar; solo mora en el honra y gloria de Dios
EVANGELIO Jn. 12 35-36ª, 44b -50
Jesús les dijo: "Todavía, por un poco de tiempo, está la luz entre vosotros. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que camina en tinieblas, no sabe a dónde va. Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz
"El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna .Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí."
Himno Te Deum
V. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
R. Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
V. Día tras día te bendecimos
R. y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades.
V. Dígnate, Señor, en este día guárdanos del pecado.
R. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
V. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
R. En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.
Oración
Señor Dios nuestro, que hiciste de san Juan de la Cruz, nuestro padre, un modelo de abnegación evangelica y un perfecto amador de Cristo Crucificado; concédenos que, siguiendo su ejemplo y doctrina, lleguemos hasta la contemplación eterna de tu gloria. Por nuestro Señor.
Laudes
Himno
¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.
Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!
¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!
¡Mi amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos;
la noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora;
Deténte, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el amado entre las flores.
Gocémonos, amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte o al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura. Amen
Salmodia
Ant. 1 En verdad: tu eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.
SALMO 62, 2-9
El alma sedienta de Dios
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1 En verdad: tu eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.
Ant. 2 Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios
CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES (Dn 3,57-88.56)
Toda la creación alabe al Señor
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. 2 Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios
Ant. 3 Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con cánticos espirituales.
SALMO 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
Para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con cánticos espirituales.
LECTURA BREVE 2 Co. 3, 17-18
Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad. Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu.
Responsorio breve
R. Brillara tu luz en las tinieblas, *Tu oscuridad se volverá mediodía. Brillara.
V. Y el Señor llenara tu alma de claridades. * Tu oscuridad. Gloria al Padre. Brillara.
Ant. Bened. Mientras tenéis la luz, creed el la luz, para que seáis hijos de la luz.
Benedictus
Preces
Aclamemos a Jesucristo, cabeza y esposo de la Iglesia, que hoy nos colma de alegría con la fiesta de san Juan de la Cruz y digámosle:
Tu eres el Rey de la gloria, Cristo.
Palabra única de Dios, hablada desde siempre en eterno silencio y acogida en el seno de la Virgen al llegar la plenitud de los tiempos,
-enséñanos hoy a escuchar tu palabra en la intimidad del corazón, y a cumplirla y manifestarla con nuestras obras.
Sabiduría del Padre, que nos mostraste el exceso de tu amor en el anonadamiento de la encarnación y de la cruz,
-otorga a cuantos has redimido con tu sangre vivir en permanente comunión contigo.
Imagen acabada del Padre, en quien se nos ha revelado esplendorosamente los misterios del amor eterno,
-haz que, impulsados por tu espíritu, caminemos con resplandor creciente hasta tu luz inaccesible.
Gozo supremo del Padre, por quien Dios mira propicio a los hombres,
-haznos perfectos y compasivos como el Padre del cielo.
Primogénito de toda criatura, por quien el Padre creo y recreo con sabiduría y amor todas las cosas,
-enséñanos a elevarnos de la belleza del mundo visible hasta tu hermosura invisible.
Oración
Señor Dios nuestro, que hiciste de san Juan de la Cruz, nuestro padre, un modelo de abnegación evangélica y un perfecto amador de Cristo Crucificado; concédenos que, siguiendo su ejemplo y doctrina, lleguemos hasta la contemplación eterna de tu gloria. Por nuestro Señor.
Hora intermedia
Tercia
Himno
I
Tu poder multiplica
la eficacia del hombre,
y crece cada día, entre sus manos,
la obra de tus manos.
Nos señalaste un trozo de la viña
y nos dijiste: "Venid y trabajad".
Nos mostraste una mesa vacía
y nos dijiste: "Llenadla de pan".
Nos presentaste un campo de batalla
y nos dijiste: "Construid la paz".
Nos sacaste al desierto con el alba
y nos dijiste: "Levantad la ciudad".
Pusiste una herramienta en nuestras manos
y nos dijiste: "Es tiempo de crear".
Escucha a mediodía el rumor del trabajo
con que el hombre se afana en tu heredad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Por los siglos. Amén.
II
El mundo brilla de alegría.
Se renueva la faz de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Esta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuego innumerable
purifica, renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.
Esta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas
y levanta testigos en el pueblo,
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.
Llama profunda,
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza,
hasta que el Señor vuelva.
Ant. El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga.
(Ant.1 Llame al Señor, y el me respondio)
Salmo 119
En mi aflicción llamé al Señor,
y El me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.
¿Qué te va a dar o mandarte Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero,
afiladas con ascuas de retama.
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: "Paz",
ellos dicen: "Guerra".
Ant. El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga.
(Ant.1 Llame al Señor, y el me respondió)
Ant. El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga.
(Ant.2 El Señor guarde tus entradas y salidas)
Salmo 120
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te aguarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Ant. El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga.
(Ant.2 El Señor guarde tus entradas y salidas)
Ant. El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga.
(Ant.3 Me he alegrado por lo que me dijeron)
Salmo 121
¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios".
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "La paz contigo".
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Ant. El que quiera venirse conmigo, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga.
(Ant.3 Me he alegrado por lo que me dijeron)
Lectura Breve Cf Ef 4, 23-24
Renovaos en la mente y en el espiritu y vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios; justicia y santidad verdaderas.
V. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
R. Renuévame por dentro con espíritu firme.
Sexta
Himno
Te está cantando el martillo,
y rueda en tu honor la rueda.
Puede que la luz no pueda
librar del humo su brillo.
¡Qué sudoroso y sencillo
te pones a mediodía,
Dios de esta dura porfía
de estar sin pausa creando,
y verte necesitando
del hombre más cada día!
Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
Ya no es su sitio el desierto
ni la montaña se esconde;
decid, si preguntan dónde,
que Dios está -sin mortaja-
en donde un hombre trabaja
y un corazón le responde. Amén.
Ant. El que se acerca a Dios debe creer, pues el justo vivirá por su fe.
(Ant.1 Tu que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.)
Salmo 122
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Ant. El que se acerca a Dios debe creer, pues el justo vivirá por su fe.
(Ant.1 Tu que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.)
Ant. El que se acerca a Dios debe creer, pues el justo vivirá por su fe.
(Ant.2 Nuestro auxilio es el nombre del Señor)
Salmo 123
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
en presa a sus dientes;
hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Ant. El que se acerca a Dios debe creer, pues el justo vivira por su fe.
(Ant.2 Nuestro auxilio es el nombre del Señor)
Ant. El que se acerca a Dios debe creer, pues el justo vivirá por su fe.
(Ant 3 El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre)
Salmo 124
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Ant. El que se acerca a Dios debe creer, pues el justo vivirá por su fe.
(Ant.3 El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre)
Lectura Breve Rm 8, 21-25
Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
V. Vivo de la fe en el Hijo de Dios.
R. Que me amo hasta entregarse por mí.
Nona
Himno
I
Fuerza tenaz, firmeza de las cosas,
inmóvil en ti mismo;
origen de la luz, eje del mundo
y norma de su giro:
concédenos tu luz en una tarde
sin muerte ni castigo,
la luz que se prolonga tras la muerte
y dura por los siglos. Amén.
II
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor, que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.
Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.
Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén
Ant. Vuestra fortaleza estriba en la esperanza y el silencio.
(Ant.1 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres)
Salmo 125
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
"El Señor ha estado grande con ellos".
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes de Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Ant. Vuestra fortaleza estriba en la esperanza y el silencio.
.
(Ant.1 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres)
Ant. Vuestra fortaleza estriba en la esperanza y el silencio.
(Ant.2 El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad)
Salmo 126
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
No quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Ant. Vuestra fortaleza estriba en la esperanza y el silencio.
(Ant.2 El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad)
Ant. Vuestra fortaleza estriba en la esperanza y el silencio.
(Ant.3 Dichoso el que teme al Señor)
Salmo 127
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Ant. Vuestra fortaleza estriba en la esperanza y el silencio.
(Ant. 3 Dichoso el que teme al Señor)
Lectura Breve Rm. 8, 24-25
Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve? 25 Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia.
V. El Señor es bueno para los que en el esperan.
R. Y para los que lo buscan.
II Visperas
Himno
¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,
¡rompe la tela de este dulce encuentro!
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.
¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
color y luz dan junto a su querido!
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
II
¿Quién pone en pie la sangre que cedia,
quien anima la llama vacilante?
Juan de Santo Matia,
peregrino de Dios y caminante.
Frente signada por la Eterna Mano,
pie que pisa la tierra y pisa el cielo,
palomar silencioso y soberano,
donde forja novicios el Carmelo.
Por ese corazon se va a la gloria
de la esperanza, al sol de la alegría…..
¡Pozo de la memoria
manando un agua pura cada dia!
Por soledosos campos de ternura
avanza, en sus amores inflamado,
con cíngulo de cielo a la cintura,
un pecho en el dolor transfigurado.
Juan de la Cruz, tu nombre es la bandera
que convoca a los unos y a los otros,
desde tu inagotable primavera
pide a Dios por la Iglesia y por nosotros, Amen.
Salmodia
Ant.1 Dios, por el gran amor con que nos amor, nos ha hecho vivir con Cristo.
Salmo 14
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Ant.1 Dios, por el gran amor con que nos amor, nos ha hecho vivir con Cristo.
Ant.2 Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en el.
Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Ant.2 Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en el.
Ant.3 El amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Cántico Ef 1,3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia, que tan generosamente
nos ha concedido en su
querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido
la redención, el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar
por Cristo cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de
la tierra.
Ant.3 El amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Lectura breve 1 Co. 13,8-10.12-13;14,1ª
La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
Responsorio Breve
R. Es fuerte el amor como la muerte.*Es centella de fuego, llamarada divina. Es fuerte.
V. ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? Es centella. Gloria al Padre. Es fuerte.
Ant. Magnif. Padre, este es mi deseo; que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy; y que el amor que me tenias este en ellos, como tambien yo estoy en ellos.
Preces
Demos gracias a Dios Padre, que se ha dignado, por su querido Hijo Jesucristo, enviarnos su Espíritu para que, compartiendo el mismo ser de Dios, seamos en la Iglesia testigos del amor; supliquémosle diciendo;
Por intercesión de san Juan de la Cruz, escúchanos Señor.
Otorga a tu Iglesia una fe divina, que ilumine a cuantos van a tu encuentro con sincero corazón,
-y los conduzca hasta la intima comunión contigo.
Concede quienes te buscan afanosamente la esperanza del cielo,
-que tanto alcanza cuanto espera.
Derrama en nosotros tu caridad,
-para que pongamos amor donde no hay amor.
Haz que los Carmelitas, a ejemplo de Maria, su madre,
-sean siempre dóciles y fieles a las mociones del Espíritu Santo.
Concede a nuestros hermanos difuntos su última purificación,
-a fin de que puedan cuanto antes entonar el cántico del amor en compañía de tus santos.
Padre nuestro……….
Oración
Señor Dios nuestro, que hiciste de san Juan de la Cruz, nuestro padre, un modelo de abnegación evangélica y un perfecto amador de Cristo Crucificado; concédenos que, siguiendo su ejemplo y doctrina, lleguemos hasta la contemplación eterna de tu gloria. Por nuestro Señor.
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